jueves, 25 de junio de 2009

Ahora Resulta Que Cualquier Gata Es Puma.

Todo empezó en el partido de vuelta de la final, un sector de la porra que acompañaba a los Pumas de la Universidad al Huracán de Pachuca comenzó a corear después del tanto de Dante López: “Oyoyoyooo Uoyoyoyo el que no brinque es un hijo de Calderón” los ánimos estaban caldeados, aquí es donde cabe decir que en todo el país, ya que una de las características de este régimen desde que el aludido era candidato, ha sido caldear los ánimos, hacer énfasis en la división, acentuar lo que representa y lo que no, incluso en lo más importante de los menos importante: El Futbol.


Su acto de presencia en el partido semifinal del Pachuca no sorprendió a muchos, ver a Calderón rodeado de seres humanos, dándose un bañito de pueblo, es ya de sorprenderse, aunque fuera en la calma de un palco, bien arropado por directivos y “gente bien”, en resumen no era algo osado. Sin embargo generaba cierto morbo por ver si este se atrevía a pisar C.U. al siguiente miércoles. Sin embargo todos saben de la afición de uno de sus hijos por los Tuzos y que algunos de los patrocinadores de dicho club apostaron fuerte durante la campaña del terror, léase capítulo Bimbo apartado Servitje, pero sobre todo, se sabe de la impopularidad de Felipe y su gabinete privatizado en la Universidad.


Una semana antes al partido de la final el rector del a UNAM hizo algunas declaraciones muy puntuales de cómo el gobierno federal prioriza el absurdo y desdeña la investigación que se realiza en la institución, refiriéndose a la manera en que se maneja la Salud Pública en general, y en particular con respecto al brote de virus de influenza en las últimos meses, no sin ironía, calificó de “pensamiento mágico” las recomendaciones que hacía la Secretaría de “Salud” por medio del duopolio televisivo en todos los horarios como “método” para contrarrestar el contagio del AH1N1, como eran el ¡¿evitar el uso de corbatas?! o el uso hasta el hastío de cubre-bocas que en nada frenaba el traspaso de la molécula a través de la tela pero que sí filtraba un enorme aire enrarecido de pánico pandémico. Que finalmente acabó cobrando una enorme factura a la imagen de México ante el mundo, penalizando terriblemente en época de “catarritos” (Carstens Dixit) a la cuarta generadora de divisas en el País, El Turismo. Como sea, atinadamente sumó lo que los días de paro de la Ciudad de México, representaba en pérdidas: Tres Años Del Presupuesto De La Educación Pública. Sólo a alguien del alcance mental del Pobre Señor Presidente (como el mismo barón del osito Bimbo lo califica) podría ocurrírsele un recorte presupuestal a la Máxima Casa de Estudios en estas Fechas cuando para colmo, aparte de ser la única institución que parece funcionar en estos momentos en este estado fallido a pesar del ataque sistemático de que es objeto, se le reconoce una vez más internacionalmente con el Príncipe de Asturias.


No hubo foto oficial, por lo menos no hasta el momento, con los campeones, pero no cabe duda que el pequeño habitante de los pinos se verá muy fuera de lugar entre el azul y el oro triunfante de la raza que tanto asco le da a las oligarquías que ahora gobiernan.
A raíz de un articulo previamente publicado se me llamó a no politizar el deporte, a lo que sólo respondo que es imposible, y más siendo de Pumas. Por lo que representa, yo sé que en plena efervescencia cualquiera puede ponerse una camiseta, incluso decir que le va a los pumas o pagar fuertes cantidades en la reventa para irse a emborrachar a un estadio, pero ser puma es una obligación que va mas allá del deporte.


Y como diría el Tuca: Dios mío danos otro título (Nobel, Cervantes, Principe de Asturias, etc.) para taparle la boca a todos estos hijos de la chingada.